Radio Futura, Juan Perro… ¡Santiago Auserón! El músico zaragozano que a finales de los años 70 y comienzos de los 80 fue icono de la movida madrileña con el grupo Radio Futura y su pegadiza Escuela de calor, llega al 50º Ciclo de Grandes Autores e Intérpretes de la Música con Vagamundo, un concierto sinfónico extraordinario en colaboración con la Orquesta del Reino de Aragón. Aquí no hay guitarras eléctricas, ni bajos ni batería; Vagamundo es un intento de acercar la música culta al repertorio popular. Y Santiago Auserón lo hace con canciones de su época de Juan Perro: “La formidable máquina de la orquesta sinfónica, en la que se juntan quienes dedican su vida a la perfección en cada instrumento, se acerca a la canción popular para exigirle vuelo poético y contribuir a transformarla.”
En la literatura medieval y del Siglo de Oro, vagamundo es otro modo de decir vagabundo. Este proyecto sinfónico tiene influencias de George Gershwin, Kurt Weill, Leonard Bernstein, Henry Mancini o Ennio Morricone, quienes también se inspiraron en la música popular. Las canciones de Vagamundo, lejos de resultar adormecidas por la sonoridad clásica, resurgen con fuerzas renovadas y abren las ventanas al vuelo de la imaginación, a través de las cuidadas orquestaciones de Amparo Edo.
Quienes hayan tenido la oportunidad de escuchar al piano a Anna Fedorova habrán quedado seducidos por la magistral combinación de musicalidad y virtuosismo que emana de sus dedos. Está considerada una de las mejores intérpretes de Rachmaninov y su gran versatilidad le permite abordar cualquier tipo de repertorio, bien como concertista bien como solista o como pianista de música de cámara.
El público madrileño tuvo oportunidad de escucharla junto a otros músicos en el concierto benéfico Música por Ucrania que el CSIPM organizó en colaboración con el Círculo de Bellas Artes de Madrid el pasado 31 de marzo. Ahora podremos volver a quedar seducidos con el recital en solitario que abre el 50º Ciclo de Grandes Autores e Intérpretes de la Música. Un comienzo de temporada de lujo y un regalo para los oídos.
“Viajero: has llegado a la región más transparente del aire”. Así comenzaba el escritor mexicano Alfonso Reyes su Visión de Anáhuac, libro que escribió en 1915 durante su exilio en Madrid. En él describía el carácter de las tierras recién halladas por los europeos en el siglo XVI, un carácter acentuado –y muchas veces exagerado– por la sorpresa y el asombro de los descubridores. Precisamente esa región más transparente del aire es la que alberga el Corazón de piedra verde que el coro Yolotli nos presenta en un concierto único, en el que también se incluye la actuación de marionetas de tradición popular.
Este coro está formado por mujeres de los pueblos indígenas de México.
En palabras de su directora, Leticia Armijo, "el concierto que ofreceremos encierra la riqueza del pasado y presente musical en lenguas indígenas de Mesoamérica del siglo XVI a nuestros días, a través de la mirada de una pequeña niña llamada Yolotli, que significa “corazón” en lengua náhuatl, quién nos conducirá al corazón de México para entregarnos a través de su magia, las notas invisibles de su música, indiscutibles joyas que conforman el plumaje majestuoso de nuestra identidad”.
Gian Andrea Doria, sobrino y sucesor del célebre Andrea Doria, vivió buena parte de su vida como comandando su propia flota de galeras, al servicio de Felipe II. En 1572, poco antes de partir a la batalla de Lepanto, Gian Andrea Doria vendió al capitán general de la flota de la Liga Santa, don Juan de Austria, un grupo de músicos con sus instrumentos y libros de música, junto con un grupo de esclavos. Todos ellos servían en su galera, y Don Juan de Austria los requería para su servicio en la galera capitana de la flota.
En este concierto recrearemos la música que se escucharía en la galera de Gian Andea Doria, a cargo de cinco ministriles y cuatro cantores, con variedad de instrumentos (flautas, chirimías, orlos, sacabuches...). A través de la recreación de diferentes sucesos de la vida del marino genovés podremos escuchar música e instrumentos muy infrecuentes, pero también sucesos y retazos de una vida privilegiada y fascinante.
Dos instrumentos perdidos en el tiempo, que dejaron de utilizarse hace más de 1800 años: el carnyx celta y el cornu romano. Por primera vez en el Auditorio Nacional volverán a cobrar vida los sonidos que se escuchaban en circos, anfiteatros, rituales o campos de batalla. Gracias a la iniciativa del prof. Gustavo Sánchez (UAM) con la Camerata Antonio Soler y al proyecto de recuperación de estos instrumentos liderado por John Purser en el Museo Nacional de Escocia y Peter Holmes de la Universidad de Middlesex. Occurrens Sonus se presenta como un intento de integrar dos sonoridades perdidas muchos siglos antes de que el repertorio para orquesta e instrumentos solistas comenzara a escribirse en la tradición musical culta occidental.
Esta producción es una versión escenificada de la obra original, realizada por el CSIPM. El espectáculo tendrá una duración aproximada de 75 minutos.
Como en ciertos salones del S. XVIII y XIX en este concierto disfrutaremos de una selección de la mejor música del repertorio de cámara, en un concierto que recrea el modo de elegir e interpretar el repertorio vigente entonces.
Dos siglos nos separan de la época en la que se escribieron estas obras, algunas de ellas apreciadas e interpretadas frecuentemente desde entonces. Sin embargo, raramente se interpretan movimientos sueltos (los que más gustaban, los que más nos llaman la atención), ya que la tradición más reciente requiere que cada obra se interprete completa.
No era esta la práctica habitual, que recuperamos en este concierto, pensado a partir de los movimientos de mayor atractivo de varias obras de finales del siglo XVIII. Además del repertorio y el escogido grupo de intérpretes, podremos escuchar, por primera vez en el Auditorio Nacional, el clavecín Roïal, instrumento recuperado por Pablo Gómez Ávalos, con ayuda de una beca Leonardo (BBVA).
Escucha al propio Carl Orff hablar de su obra: Todo es fantasía.